Trabajador de la Luz

 

¡Hola!

 

El seudónimo nace a raíz del vocablo foto (del  griego, luz). Trabajé en fotografía comercial durante 23 años, y al final de ese período,  “trabajador de la luz” era un nuevo proyecto fotográfico. Sin embargo, en mi afán de siempre, el de superar mis limitaciones, descubrí las terapias de vidas pasadas y con ello la luz del alma. Esa es la razón por la que mantengo el seudónimo: aunque de otra forma, sigo trabajando con la Luz.

 

El año 2009 realicé mi primera regresión. La motivación partió por sanarme y ayudarme a mi mismo, sin embargo, fue tan impresionante esta vivencia que, casi sin darme cuenta, propició profundos cambios personales, entre otros, el desarrollo de destrezas y habilidades que yo desconocía que poseía. Este cambio me permitió volver a reconectarme con algo que hace mucho había dejado de hacer: apreciar la maravillosa belleza de mi cotidiana experiencia de vida y de mi mismo.

 

Cuando fui conciente de este cambio quise compartirlo con quien lo deseara y así quedó en evidencia que podía influir positivamente en quien aceptaba mi ayuda. Asesoro a quien me consulta a realizar un proceso que le conduzca a un mayor bienestar, sanación o alivio, a ayudarlo a conectarse con su esencia, a averiguar sobre su propósito, a descubrir y desarrollar sus habilidades, así como a tomar conciencia sobre quién realmente es.

 

Algunas de las personas que me consultan tienen en común que están cansadas de llevar una vida de insatisfacción, de convivir con temores y/o sufrimientos; otros simplemente no encuentran respuestas a sus padecimientos o demandas en sistemas ortodoxos.  A ellos le doy lo mejor de mi, procurando contenerlos y ayudarlos en sus propios procesos de despertar, expansión de la conciencia y evolución. Los resultados nunca dejan de sorprenderme: rápidos cambios evolutivos en las personas que se entregan a vivir esta experiencia. 

 

Francisco Herrera Astudillo