¿Qué se puede trabajar con la Terapia de Vidas Pasadas?

07.08.2017 17:17

¿Qué se puede trabajar con la Terapia de Vidas Pasadas?

 

Todo aquello que es motivo de consulta habitual para un psicoterapeuta, como por ejemplo:

 

Conflictos emocionales repetitivos en diversos vínculos - pareja, padres, hijos, socios, amigos, etc. -, perturbaciones de la conducta, fobias, miedos, angustia, depresión, bloqueos intelectuales o afectivos, sentimientos de culpa, fracasos reiterados ya sea a nivel afectivo o material, disturbios sexuales, miedo a nuestro propio poder y éxito personal, y enfermedades psicosomáticas como alergias, bronco espasmos o soriasis entre otras.
 

Si observamos áreas de nuestras vidas que nos esforzamos por transformar y que a pesar de nuestros intentos no lo logramos, es muy probable que guarden relación con aspectos derivados de experiencias de vidas anteriores e incluso de las etapas en el vientre materno, del nacimiento y la primera infancia.
 

Por ejemplo, por alguna experiencia traumática de esta u otra vida, podemos haber decidido que ser poderoso o exitoso nos deja en soledad o nos mata, grabando en nuestro inconsciente esa pauta... de modo que será difícil que en esta vida logremos éxito o poder sin liberarnos previamente de ese mandato.
 

Nuestras experiencias, pensamientos y creencias anteriores y presentes diseñan nuestro destino. La utilidad de la terapia de regresión consiste en detectar el origen profundo de nuestras trabas y liberarnos de ellas.
 

Muchas de las dificultades y conflictos emocionales de nuestra vida presente tienen su origen en experiencias traumáticas o dolorosas vividas en existencias previas. Estas experiencias no se agotan con la muerte en esa vida y dejan una secuela emocional que queda grabada en lo más íntimo de nuestro ser y se proyecta hacia las vidas subsiguientes.
 

En el instante de dejar el cuerpo, el alma puede llevarse consigo un pesado lastre constituido por emociones como el miedo, la culpa, la angustia, el desamparo y otros sentimientos que se entremezclan con la ira, el odio, la furia o la sed de venganza.
 

Estas energías emocionales, ancladas en el alma, originan a su vez patrones de conducta, mandatos y creencias, reacciones estereotipadas y repeticiones compulsivas que condicionan nuestro accionar cotidiano. Frente a las distintas circunstancias que nos toca vivir cada día, reaccionamos sin saberlo impulsados por estas fuerzas provenientes del pasado. Cuanto más insólita y fuera de lugar es una reacción, más probabilidades tiene de tratarse de una emoción originada en un evento de otra vida. Para el alma el tiempo no existe. Todo está allí, al mismo tiempo, multisimultáneamente.
 

En realidad estamos viviendo muchas vidas al mismo tiempo. 
 

Cuando frente a una situación determinada, reaccionamos emocionalmente sin poder evitarlo se debe a que en un nivel inconsciente nuestra alma está reviviendo una experiencia que se reactivó por analogía con la situación presente. Por ejemplo, imaginemos a una persona con claustrofobia. Cada vez que se encuentra en un lugar cerrado experimenta angustia, ahogo y una sensación de muerte inminente. Eso es lo que se muestra a nivel físico consciente. Pero en otro nivel, su alma puede estar recordando una muerte por asfixia en un derrumbe de una mina.
 

La persona no tiene conciencia de esto pero como su alma está reviviendo esa experiencia entonces experimenta todas las sensaciones físicas y emocionales de la muerte anterior. Cada vez que se enfrenta a la posibilidad de quedar atrapada en un lugar cerrado experimentará las reacciones emocionales de la claustrofobia sin poder evitarlo.

 

Por: Lic. Marcelo Beloqui

 

Fuente: www.mantra.com.ar