Experiencias en TVP

  

 

Adicción.

“Julio tiene una larga historia con su dependencia a la pasta base. Él es adicto desde la adolescencia, hace unos tres años comenzó su rehabilitación y alentado por su familia se internó con éxito en una institución, lleva un año desde que salió pero nuevamente ha comenzado a recaer. Se da cuenta que otra vez no puede controlar su ganas de consumir, lo que nuevamente amenaza la perdida de su familia y su estabilidad, unos amigos suyos le han recomendado que pruebe trabajar conmigo. En su primera regresión trabaja traumas de su infancia, en esta su segunda TVP trabajó directamente la necesidad de consumir, podrán ver que está llena de dramatismo al mismo tiempo que es muy bella y tiene aspectos sorprendentes.”

 

Mi droga es como matar.

Julio

32 años

 

Terapeuta: ¿Qué sientes cuando sientes las ganas de consumir?

Julio: Me pongo al tiro ansioso… me empieza a doler el estómago… cómo una angustia súper grande. Noto como un calor en la boca del estómago, como si algo me estuviera quemando ahí…. no sé, como que todo se concentra ahí… me quema por dentro (ojo con este síntoma).

T: ¿Qué es lo que te está quemando? ¿Cómo si fuera que cosa?

J: Una bola de fuego tuviera dentro… como una energía… una energía grande en el centro del estómago…muy brillante y me quema (fíjense en lo que se transformó el síntoma).

T: ¿Y es una energía tuya o es una energía extraña?

J: Es una energía mía, como que toda la energía mía está ahí… me duele el estómago.

T: Vamos a hacer un juego. Le vas a poner palabras a esa energía que está ahí, le vas a dar permiso para hablar, para que esa energía se exprese, a lo mejor esa energía necesita decir algo… entonces yo voy a contar hasta tres y a la cuenta de tres le vas a prestar tu voz y tus cuerdas vocales a esa energía para que hable libremente, a la cuenta de tres me vas a decir lo primero que te venga. 1..2…3  ¿qué es lo que quieres decir?

J:

T: Estoy listo para escucharte.

J: Quiero salir de este cuerpo… no me merece este cuerpo.

T: ¿A qué se debe que este cuerpo no te merezca?

J: Está desperdiciando mi energía.

T: ¿Cuando llegaste ahí?

J: Hace muchas vidas… soy mucha energía,  soy muy fuerte, produzco mucho calor, tengo que ampliarme a un lugar más grande… estoy atrapada.

T: ¿Cuál es tu fin, qué persigues?

J: Trato de brillar, de brillar, de brillar, de brillar  fuerte.

T: ¿Y para qué tratas de brillar?

J: Para tratar de iluminar el cuerpo.

T: ¿Y para qué tratas de iluminar el cuerpo?

J: Para que se exprese todo. Entonces este cuerpo empieza a botar la energía,  y empieza a ponerme débil. Tengo que defenderme de este cuerpo, siento que me puede destruir (En este diálogo se expresa simbólicamente qué está pasando en Julio, vean que pasará con esta energía).

T: ¿Y tu recuerdas cuando llegaste a este cuerpo?... alguna vez tienes que haber estado fuera de este cuerpo… ¿recuerdas cuando entraste a este cuerpo?

J: No.

T: Yo te voy a ayudar a recordar, vamos a hacer un ejercicio de memoria. Voy a contar hasta tres  y a la cuenta de tres vas a ir al momento en que entras a este cuerpo, vas a ver las circunstancias de cómo entras a este cuerpo, 1…2 …3… ¿donde estás?

J: Estoy en el agua. Estoy en el mar.

T: ¿Qué estas haciendo cuando estás en el mar?

J: Estoy como en una misión de algo, estoy remando. Estoy en un barco chico, voy remando con dos hombres más.

T: ¿Qué están diciendo esos hombres?

J: Nada… estamos como apurados… remamos muy rápido… vamos como a una isla… vamos a llegar a la isla (aquí empieza a hablar muy bajito)… tengo un mal presentimiento.

T: ¿Cuál es ese mal presentimiento?

J: Que algo va a pasar. Pienso en no ir pero no puedo.

T: ¿A qué se debe que no puedas?

J: Que me mandan las persona que están al lado mío. Son como un rango más alto.

T: Avanza un poco más.

J: Estamos en la isla (muy bajito hablando).

T: ¿Qué haces cuando estás en la isla?

J: Hay mucha gente.

T: ¿Qué pasa cuando hay mucha gente?

J: Nos van a matar.

T: ¿Qué hace esa gente?

J: ¡Nos atacan! (subiendo el volumen de la voz)… ¡tienen espadas!

T: ¿Qué haces cuando la gente los ataca con espadas?

J: ¡Son muchos! (agitado). Siento que estoy perdido.

T: Eso es, sigue.

J: Siento que me van a matar

T: ¿Qué pasa entonces cuando sientes que te van a matar?

J: ¡Viene alguien, me entierra un sable en el estómago!

T: ¿Hasta donde llega ese sable?

J: ¡Me atraviesa, pasa para atrás el sable! (en toda esta escena está hablando agitado, gimiendo y moviéndose en la camilla).

T: ¿Qué pasa entonces?

J: Trato de mirar quién es, veo algo grande no más, es un hombre grande. Me deja la espada puesta en el estomago. Me veo todo el rato con la espada atravesada. A mis amigos los han destrozado.

T: ¿Qué te dice este hombre que te está enterrando la espada?

J: Tiene mucha rabia. Es como de venganza.

T: ¿Qué te dice con la mirada?

J: Que esperó mucho tiempo para hacerlo. Lo hace con mucha fuerza.

T: ¿Qué estás sintiendo tú cuando él te clava con mucha fuerza la espada?

J: Que iba a llegar ese momento, como que yo le hubiese hecho algo malo a él.

T: Muy bien, si supieras, ¿qué de malo le hiciste a él?

J: Haberle matado a su familia. Me duele mucho. Tengo la espada todo el rato. Siento como atraviesa la espalda, siento frío, siento que voy a caer. Me duele todo mucho, siento que me rompió un pulmón, mi corazón está acelerado, muy acelerado. Me mareo.

T: Sigue.

J: Caí de lado, se me están llenando de sangre los pulmones. Estoy mareado, tengo frío…  ya no me muevo, estoy agonizando… me duelen los pulmones… y el estomago. Estoy botado ahí donde me mataron.

T: ¿Y entonces qué pasa con tu cuerpo?

J: No me puedo morir. Quiero morirme luego para dejar de sentir esto.

T: Sigue.

J: Me mira, me mira como me muero. Siente pena por mi. Me duele la guata. Trato de sacarme yo la espada (hace el gesto de sacársela, gime).

T: Eso es.

J: Con las dos manos, la muevo y me duele más… me duele mucho.

T: ¿Qué haces entonces cuando tratas de sacarte la espada y te duele mucho?

J: Me duele la espalda atrás. Siento mucho frío… siento mucho dolor. ¡Ah! ¡Aaah!… quiero sacarme la espada… me duele hasta atrás la espalda.

T: Eso es sigue.

J: Me duele la columna. ¡Me duele mucho todo!

T: Avanza un poco más.

J: ¡Ahhh!

T: Sigue.

J: Ahhh!….  (hace el gesto de sacarse la espada).

T: ¿Qué está pasando?

J: Me la logré sacar.

T: ¿Qué pasa cuando te logras sacar la espada?

J:  ¡Ahh! …me duele mucho… me estoy muriendo.

T: Sigue.
J: Estoy lleno de sangre… se me están durmiendo las manos.

T: Sigue.

J: ….

T: Sigue.

J: ….

T: ¿Dónde estás?

J: Estoy muerto pero estoy dentro del cuerpo.

T: ¿Cuál es el último pensamiento que alcanzas a tener en ese cuerpo?

J: Pienso el la cara del tipo, en su rabia, en su mirada, sus ganas de haber hecho eso por mucho tiempo.

T: Fíjate bien, ¿cuál es el momento mas traumático de esta muerte?

J: Cuando no puedo morirme nunca y el tener el dolor todo el rato, mucho dolor.

T: Y en ese momento, ¿cuáles son tus reacciones físicas?

J: ¡Ah!, estoy en el suelo y tengo todo el cuerpo helado, tengo mucho frío, estoy tiritando, mucho dolor. Me sale sangre por el estomago lo tengo roto, siento mi estomago y mis pulmones rotos.

T: Cuando pasa todo eso, ¿cuáles son tus reacciones emocionales?

J: Un poco de pena.

T: ¿Y cuáles  son tus reacciones mentales?

J: Lo acepto, acepto que está bien que esté así.

T: Muy bien, ahora quiero que veas como todas estas sensaciones están afectando tu vida como Julio. Esto que estoy todo helado, que tengo frío, que estoy roto, que tengo pena, que acepto esto, que está todo bien, todo esto, ¿qué te hace hacer en tu vida como Julio?

J: Ser una persona que soporta mucho dolor y que aguanta muchas cosas.

T: ¿Qué es lo que aguantas?

J: Me siento una persona fuerte, pero una persona fuerte para recibir cosas malas pero no una persona fuerte para salir adelante (notable la sutileza).

T: ¿Y todas estas sensaciones que te impiden hacer?

J: Siento como que necesito liberarme de algo para estar bien (vean como su alma está diciendo lo que necesita hacer).

T: ¿De qué necesitas para liberarte?

J: Me gustaría cambiar de cuerpo, ser yo mismo pero cambiarme de este cuerpo.

T: ¿Y qué tendrías que hacer para que tu cuerpo cambiara, fuera otro?

J: Sacarme todo esto malo (claro como el agua).

T: Muy bien, toma conciencia de esto.

J: Me gustaría como una serpiente salirme de mi cuerpo, de sacarme como una capa, una capa que me cubre que me aplasta.

T: Muy bien, ya vamos a trabajar en eso.

J: Sacarme toda esta capa que tengo que me inmoviliza.

T: Muy bien, para empezar le vas a hablar a ese hombre que te mató, vas a mirarlo fijamente a los ojos y le vas a hablar desde tu alma al alma de ese hombre, ¿qué tendrías para decirle a este hombre que te enterró la espalda?

J: Es una persona adulta que tiene mucho dolor.

T: Háblale directamente a él.

J: Trato de reconocerte pero no puedo, no sé quién eres.  Siento que te hice algo muy malo pero no sé lo que es, acepto que me mates, pero no sé porqué. Siento que algún daño le hice a él …algo que le dolió mucho, no sé que puede ser…

T: Vas a averiguarlo entonces, voy a contar hasta tres y a la cuenta de tres, vas a ir a ese hecho que ocasionó el odio de este hombre donde estás involucrado tú, 1…2..3. ¿Qué está pasando?

J: Llego a un lugar, soy una persona muy mala, la gente se arranca.

T: ¿Vas solo o vas con más gente?

J: Voy solo, no me importan, ando como desafiante, esperando que alguien se me cruce. Ando armado. … tengo una espada.

T: Muy bien ¿Dónde tienes la espada?

J: En la mano. (empuñándola)… ando buscando alguien a quien matar, pero solamente por matarla. Me gusta eso.

T: ¿Qué sientes cuando matas a las personas?

J: Me siento poderoso. Soy una persona muy violenta.

T: ¿Y qué haces entonces?

J: Rompo las puertas de las casas a patadas. Espero que alguien salga para poder matarla…. ¡nadie sale!… sigo buscando por todos lados.

T: Sigue.

J: Cualquier persona que sea para matarla. Me gusta que me tengan miedo. Me gusta sentirme poderoso. Sigo caminando no veo a nadie, llego a una casa y ahí veo a una niña. Se me pasa por la mente la idea de violarla.

T: ¿Y qué pasa cuando se te pasa la idea de violarla?

J: Me gusta más la sensación de matar. Empiezo a ver si están los papás para matarlos. No me gusta matar a los niños. Me gusta matar a la gente grande. Me gusta  matar a los que son como yo. Empiezo a buscar por toda la casa, no hay nadie.

T: ¿Entonces qué haces cuando no encuentras a nadie más que a la niña?

J: La tomo del cuello…. la levanto y la dejo arriba de la mesa.

T: ¿Qué está diciendo la niña cuando tu la levantas?

J: Está gritando, está llorando. Grita papá… grita que no le haga nada… y pienso en violarla.

T: ¿Y qué haces cuando piensas en violarla?

J: Pienso que no me da tanto placer como matar… la voy a matar.

T: ¿Y qué haces?

J: Pienso de qué forma la puedo matar. Igual me da pena porque es una niña pero no encuentro a nadie más a quien matar… no sé como matarla.

T: ¿Dónde está la niña en estos momentos?

J: Está arriba de la mesa y yo estoy dando vuelta pensando en como la voy a matar.

T: ¿Qué está diciendo la niña?

J: Está llorando, llama a su papá. Estoy ansioso, no quiero que siga gritando. Empuño la espada con más fuerza… me está empezando a dar rabia… pero no sé como matarla…. me gusta luchar para matar.

T: ¿Y qué haces entonces?

J: Estoy que me arrepiento y me voy.

T: ¿Dónde estás?

J: Estoy mirándola todavía.. estoy mirándola con cara de maldad, que pienso que es la misma mirada de la persona cuando me mató (vean como el alma reconoce el karma).

T: Sigue.

J: Le entierro la cuchilla en el estomago.

T: ¿Y qué pasa cuando le entierras la cuchilla en el estómago?

J: Empieza a botar sangre. Se calla.

T: Sigue.

J: Le saqué la cuchilla. Le hice un hoyo bien grande. Como que la enterré y la raje para arriba.

T: Sigue.

J: Ahí veo que está muerta y me voy. Y salgo mal de esa casa, salgo como que no me gustó haberla matado, no me gustó esa sensación… me siento culpable… tengo ganas de que aparezca alguien para poder borrar esa sensación… empiezo a buscar gente. Estoy muy acelerado, muy alterado. Empiezo a buscar a buscar.

T: Sigue.

J: Camino, camino, camino. Se me acaba el camino y ahí está el bote y  no encontré a nadie más, no sé porqué no hay nadie más, me devuelvo en el bote adonde vivo al otro lado.

T: Sigue.

J: Y llego al otro lado enojado. Están las personas que yo quiero, ven que está mi espada con sangre. Piensan que fui una vez más a matar por matar para allá. Y nadie me dice nada, todos me tienen miedo. Me gusta que me tengan miedo. 

T: Sigue.

J: Me voy a como a un lugar a tomar… ¡que raro! ….. ¡me siento con la sensación de droga!… ¡no hay droga ahí!

T: Sigue.

J: Mi droga es como matar.  (vean como relaciona esta vida pasada con su actual situación)

T: Muy bien siente eso.

J: Estoy cansado.

T: ¿Dónde estás ahora?

J: Estoy como en mi casa.

T: Ahora ya le puedes hablar a ese hombre, ahora ya sabes el origen de su odio, háblale al alma de este hombre.

J: No quería hacerlo. … no sé porqué paso eso ese día (con mucha tristeza, con una voz muy cansada y débil).

T: ¿Qué relación tenía este hombre con la niña?

J: El papá.

T: También le puedes hablar a esta niña, puedes observar el rostro de esta niña. Y le hablas directamente al habla alma de esta niña. ¿Qué le dirías a ella, a su alma?

J: Que me perdone.

T: Háblale directamente.

J: Perdona… perdóname pero tu papá me va a matar y… voy a sufrir mucho para morir… yo espero que eso sea un consuelo… te maté porque no había nadie más a quien hacerlo (se  aprecia que está muy confundido y no tiene conciencia aún de lo que ha hecho y lo que está diciendo, es el momento de comenzar a guiarlo).

T: Perdóname yo no sabía lo que estaba haciendo.

J: Estaba sesgado por la sensación de querer matar.

T: Yo era un bruto, lo reconozco.

J: Si, pero matar es mi droga necesito hacerlo (¡qué sorprendente asociación!).

T: Perdóname, te lo pido de corazón que me perdones.

J: Te pido que me perdones.

T: Yo era un ser muy poco evolucionado, necesitaba matar. Perdóname te ofrezco mis disculpas.

J: Perdóname (en susurro).

T: Estoy pagando las consecuencias por ello…  y ahora quiero reparar el daño que hice.

J: Perdóname llevo muchas vidas cargando esto, sufriendo con esto.

T: Y ahora estoy dispuesto a reparar.

J: Y ahora estoy dispuesto a reparar, pero no sé como hacerlo (ya está todo el escenario dado para poder ayudarlo más).

T: Por favor recibe la energía que te robé al asesinar tu cuerpo de niña.

J: Por favor recibe la energía que te robé al asesinar tu cuerpo de niña.

T: Toma esta energía que es legítimamente tuya.

J: Por eso tengo esta energía que no me pertenece (comienza a tomar conciencia).

T: Te pido humildemente que aceptes la energía que te robé.

J: Te pido humildemente que aceptes la energía que te robé.

T: Dásela y me avisas cuando ella te la haya recibido.

J: Por favor tómala (rogando).

T: Hace todo lo que estimes necesario para que ella te la reciba.

J: Está aquí en el estomago, (jadeando al respirar) esta energía no es mía … me quemaba, por eso que esa energía brillaba tanto porque esta energía era tuya… me cuesta sacarla, siento frío.

T: ¿Que necesitaría hacer para sacarla?

J: ¡Ah!... siento que me puedo morir si la saco… necesito calmarme… necesito tranquilizarme.

T: A lo mejor si le pides disculpa y le devuelves la energía a todos los seres que mataste en esa vida. Tu dijiste que habías matado a muchos, que te gustaba matar. Usa como un símbolo la energía que tienes en el estómago y dirígete a todos los seres que asesinaste en esa vida, y les devuelves la energía que les robaste al quitarles la vida.

J: Es mucha gente (lloriqueando).

T: Eso es, háblale al alma de todos ellos, y pídele humildemente que acepten la energía que tú les robaste al matarlos, que acepten la energía que tú les estás devolviendo. Que estás dispuesto a reparar el daño.

J: Le pido a cada uno que acepte la energía, les juro que he pagado el daño que le hice, llevo muchos años, muchas vidas pagando este daño, las energías que les robé me han hecho daño por dentro. Y volví acá a devolvérselas… la energía más grande que tengo es la de la niña.

T: Eso es.

J: Te pido que por favor la aceptes…. por favor acéptala.

T: Me avisas cuando te la hayan aceptado.

J: Gracias… gracias. Siento mucha energía acá. Por eso me hace daño esa energía.

T: Eso es.

J: Es mucho poder, pero ese poder me hace daño no me ayuda… esta energía no es mía. ¡Uha! ¡Ahhh!...  es de todos ustedes… que salga todo eso… recíbanla todos ustedes, ¡ahhh! … que salga todo… recíbanmela por favor… ya estoy, ya estoy… siento como sale de mis manos.

T: Eso es, asegúrate de devolver toda la energía extraña.

J: ¡Ah!… ¡ah!... ya está saliendo ¡ahh! … ¡ahh!… ¡ahhh! Ya no está esta energía en mi estomago (más calmado).

T: ¿Te la recibieron?

J: Por eso me sentía tan poderoso, pero esa energía simplemente me quemaba por dentro.

T: Muy bien. Entonces ahora si le puedes hablar al hombre que te mató. Ese hombre que te clavó el cuchillo. ¿Qué le dirías a ese hombre?

J: Hablé con tu hija... le devolví su energía... y le devolvía la energía a todas las personas que maté. Y acepto que tú me mates, lo acepto de corazón. Y si eso puede sanar tu alma me alegro. Quiero que sepas que tu hija está bien.

T: Pero la violencia nunca nos va a sanar. Solo el amor nos sana (otro poquito de guía de mi parte).

J: No es necesario que te enfermes como yo, solo el amor nos sana.

T: Y estábamos todos locos matándonos unos a otros.

J: Me costó muchas vidas darme cuenta que este no es el camino.

T: Debemos parar esos actos que nos están perjudicando a nosotros mismos.

J: Si, no tenemos que matar más.

T: Y te pido que me devuelvas la energía que me robaste al matarme, que me corresponde legítimamente.

J: Yo le devolví la energía a todos, ya no tengo esa energía.

T: Quiero que me devuelvas mi energía y tú tienes algo de esa energía.

J: Si, tú la sacaste con todo ese odio toda esa energía.

T: Devuélveme mi energía ahora.

J: Devuélveme mi energía ahora.

T: Quiero mi energía ahora.

J: Quiero mi energía ahora.

T: Levanta tus brazos recibe tu energía y me avisas cuando esa energía está contigo.

J: ¡Ah! Dame mi energía… gracias, te agradezco que me comprendas, tu hija está bien… dame esa energía, es mía esta energía. Siento su mirada distinta… veo que es una persona muy noble... siento que me entiende todo lo que le dije, siento que tiene paz, y quizá libre de haber matado.

T: Muy bien.

J: Siento la energía en mi cuerpo, no es tan poderosa como la que tenia antes.

T: ¿Y cómo se siente la que tienes ahora?

J: Más tranquila.

T: Muy bien.

J: Además me queda un poco de dolor de la energía anterior ... siento que tengo mi estómago roto.

T: Ya vamos a reparar eso.

 

A continuación Julio termina su trabajo de reparación y recuperación de energía, finalmente cierra la experiencia en un espacio místico.

 

J: Estoy en la Luz. Hay mucha gente y están contentos.

T: ¿A qué se debe que estén tan contentos?

J: A que estoy bien.

T: ¿Quienes son los que están ahí?

J: Toda la gente que me quiere. Ya no siento la culpa que sentía antes, ya no siento culpa porque me quieran. Me siento en paz.

T: ¿Reconoces a alguno de los que están ahí?

J: Si, está mi hija, están todos, está mi papá, mi mamá, está mi pareja de amigos, está mi polola, están todos.

T: ¿Hay alguien más aparte de ellos?

J: Hay una luz muy linda.

T: ¿Te dice algo esa Luz?

J: Siento que es Dios.

T: ¿Qué te dice esa Luz?

J: . Me dice que tengo muchas cosas que aprender todavía.

T: ¿Y cómo se relaciona esa experiencia con tus ganas de consumir?

J: Siento que es el mismo placer que tenía por matar. … lo comparo…

T: ¿Y qué aprendiste?

J: No me queda claro, todavía estoy viviendo eso.  Estoy bien ahí no tengo ganas de consumir. … estoy tranquilo.

T: Pregúntale si hay otra experiencia que debas trabajar en esta sesión.

J: Me dice que esté tranquilo… que … al final voy a estar bien, aunque me quedan cosas todavía por pasar que lo más terrible ya lo he pasado, que solamente me queda el último tramo de la prueba… que tengo que luchar y soportarlo… que me falta poco, que mi alma está más grande... que falta poco para no sentir ganas de consumir, voy a  querer otras cosas, que no perdiera la fe, que no me deje morir… que si….. que va a estar bien, Él me protege todo el  tiempo …en este minuto Él va a poner gente en mi camino… estoy protegido… que me he muerto muchas veces pero hay una alo de luz alrededor mío que solamente yo no lo veo… eso es lo que tengo que hacer... hay una luz grande que todos la ven y yo no la veo… y que tengo que terminar viendo la luz, ese es el final de la prueba.

 

Una vez que recuperó la conciencia habitual.

T: ¿Cómo estás?

J: Estoy bien, estaba pensando en lo de la energía... en la razón de que yo sintiera que tenía tanta energía pero que no era buena, siempre he sentido eso... tenía reacciones… antes de internarme me daban los cinco minutos, pescaba una cuchilla y salía por la población a buscar con quien pelear…  por suerte nunca nadie se me enfrentó… al final después de horas de caminar se me pasaba y volvía a casa… es como que se repite la historia en otra forma, en otro tiempo….. pero todo es lo mismo… estoy empezando a entender las cosas que me han pasado…. la razón de las cosas.

T: ¿Y cuál es la sensación cuando empiezas a entender lo que te ha pasado?

J: Me alegra porque pienso que ese es el camino que tengo que seguir… pienso que la única forma para realmente sanarme es entender porque me pasan las cosas. Hoy día si no entiendo lo que me ha pasado no voy a poder cambiar nada, si no me conozco yo mismo nunca voy a lograr nada... increíble, súper extraño todo. Cuando hablaba con las almas sentía que habían sido varias vidas que yo había pasado con ese tema, muchas vidas, más de cinco vidas en que yo había estado mal, sufriendo y ahora recién puedo tomar conciencia y devolverles lo que es de ellos. Eso me estaba haciendo mal.

 

20 de Julio de 2013

 

 

Después de esta experiencia Julio abandonó la terapia, no llegó a la siguiente cita y no respondió a su teléfono. Lo llamé 5 meses después y me dijo –“estoy esperando otro hijo y económicamente se me hizo difícil seguir yendo”-, cuando le pregunté por los cambios que había percibido después del trabajo me dijo -  “fue efectivo, fue instantáneo, si, me produjo cambios de verdad, ya no vivo con culpa, tengo mucha menos ansiedad y mi consumo ha bajado notablemente -como un 80%, respondió al pedirle que lo cuantificara-, ya no me descontrolo en un consumo excesivo, también los dolores de estómago que sufrí toda la vida desaparecieron”.

Vencer la adicción es complejo y difícil, hay muchas variables involucradas, requiere mucha voluntad, perseverancia y una red de apoyo, entre otras cosas. Solo me queda darle las gracias a Julio (me pidió mantener su verdadero nombre) y enviarle mis fuerzas para que un día termine su trabajo y verlo decir - “Ya puedo ver la Luz”. 

 

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